domingo, 4 de octubre de 2009


NUEVO MODELO ECONOMICO
Por: Luis Fernández

En una audiencia pública celebrada en el Vaticano y donde comentó su tercera encíclica, “Caritas in Veritate” (Caridad en la verdad), de marcado carácter social, el papa Benedicto XVI denunció el, “escándalo de las desigualdades clamorosas que existen en la sociedad, manifestando que la globalización puede servir para acabar con las diferencias, pero para ello es necesario una profunda renovación moral y un nuevo modelo económico global basado en el bien común”.

Este señalamiento del sumo pontífice de la iglesia católica, constituye una de las principales preocupaciones, de todos los que entendemos que se necesitan cambios tanto en la política como en la economía a nivel mundial, que coloquen en la atención pública los problemas del hambre, la miseria y la seguridad alimentaria, para de esa manera propiciar que se tomen medidas, que beneficien a los países mas pobres, que son los mas vulnerables.

El mundo de hoy sigue inmerso en una de las peores crisis económicas, la que hace mucho tiempo que viene desarrollándose y que a partir del año 2007 mostro fuerte señales, agravándose en el 2008, antes de esta situación, la economía en sentido general tuvo un gran crecimiento y la globalización y las innovaciones, contribuyeron a la expansión de los mercados, nuestro país incluso estuvo entre los de mayor crecimiento en América Latina.

José Antonio Ocampo en un articulo titulado, “impacto de la crisis financiera mundial sobre América Latina”, publicado en la revista de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), señala lo siguiente,”en el caso de América Latina, la coyuntura marcadamente favorable del periodo 2003-2007, basada en una combinación inusual de auge financiero, bonanza excepcional de precios de los productos básicos y nivel elevado de remesas de los trabajadores migrantes, también ha llegado a su fin”.

Esta grave crisis del capitalismo mundial, ha tenido su repercusión en América Latina, la cual no solo sufrirá la disminución de las remesas, sino que también serán afectados el crédito y la actividad productiva, así como el volumen del comercio internacional, esto a pesar de ciertas fortalezas de la región, que servirán para mitigar en parte las consecuencias de esta crisis.

Las crisis económicas y financieras tienen una larga historia en el sistema capitalista, siendo una de las más graves la gran depresión de 1929, con la que se ha comparado la actual crisis, señalando algunos analistas que esta es peor por las dimensiones de la misma y por el volumen de capitales envueltos en ella.

Las frecuencias de estas crisis demuestran la inestabilidad del sistema capitalista, sus tendencias a la especulación, la avaricia y a la profundización de las desigualdades sociales, lo que va en aumento ante la falta de control y supervisión de las actividades económicas, este capitalismo que ya muchos llaman de casino, debe ser enfrentado tal como lo ha propuesto el presidente Leonel Fernández, quien ha declarado lo siguiente,”exhorto a poner frente a lo que califico como capitalismo de casino, de póker y de papeles, con la solidaridad, la cooperación y la integración de América Latina y de todo el mundo”.

Los desequilibrios sociales cada vez mayores que provocan estas crisis y la incapacidad del sistema financiero para regularse, hacen necesario tal como lo plantea el papa Benedicto XVI, “un nuevo proyecto económico que revise el desarrollo de manera global, basandose en fundamentos éticos”.

El papa ha planteado una política mundial para la economía, basada en el bien común y esto pasa necesariamente por cambios profundos en el escenario internacional, comenzando por la reestructuración de los organismos internacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el consejo de seguridad de las Naciones Unidas, para que haya mayor presencia de los países en desarrollo.

Esta es una tarea fundamental, para lograr un cambio real en el sistema financiero, que nos acerque a los objetivos del desarrollo, que estreche la brecha entre ricos y pobres y que contribuya a evitar la depresión generalizada que amenaza a la economía mundial.

La globalización puede ser una oportunidad, que nos ayude a salir del subdesarrollo, siempre y cuando las decisiones que se tomen beneficien a los mas pobres, el nuevo modelo económico que necesita la humanidad, debe estar sustentado en el bien común y en evitar crisis como la actual en el futuro.

Para esto tal como lo dice Benedicto XVI hacen falta,”hombres rectos, tanto en política como en economía’, hombres y mujeres honestos, decididos y dispuestos a llevar adelante un nuevo modelo económico que contribuya verdaderamente al progreso y desarrollo de los pueblos.





Santo Domingo R.D.
10 julio 2009

No hay comentarios: