jueves, 10 de junio de 2010

FORTALECER EL PAPEL DEL ESTADO






FORTALECER EL PAPEL DEL ESTADO por: Luís Fernández



Desde hace mucho tiempo se viene debatiendo sobre el papel del Estado y su relación con el mercado, este tema de una gran controversia y de un fuerte contenido ideológico, ha provocado que durante décadas se hayan enfrentado los partidarios del mercado y los del Estado , en una polémica llevada en muchas ocasiones fuera de su respectivo contexto histórico.
El mercado se afianzó en la humanidad a raíz del surgimiento de la revolución industrial, colapsando en el periodo de la gran depresión de 1929, siendo sustituido por el modelo Estatal fortalecido a raíz de la segunda guerra mundial de 1945, hasta alrededor de 1970, cuando entra en crisis y se agota el modelo, por el excesivo gasto fiscal, la burocracia, el proteccionismo y por su incapacidad para resolver las grandes demandas sociales.
El presidente de la República Dr. Leonel Fernández, en un discurso pronunciado el 3 de Diciembre de 1996 en la universidad Católica de santo domingo, en la apertura del seminario, sociedad civil y Estado moderno, lo explica de esta manera,´´lo que hemos visto iniciándose en la década del 70 es que esa concepción de participación directa del Estado en la organización de la economía y la sociedad entró en crisis en todas partes del mundo, independientemente de los valores ideológicos que sustentaran esa intervención del Estado.
Agregando que,´´el modelo marxista de la unión soviética, en Europa del Este, entró en crisis como forma de organización estatal. El modelo socialdemócrata europeo entro en crisis en los años 70, aunque tuviese una visión Keynesiana de intervención del Estado en la economía y la sociedad. Y en América Latina ha sido el populismo latinoamericano, el Estado populista y la macroeconomía populista, la que entró en crisis iniciándose los años 70´´.
Es a partir de estas crisis del Estado que surge la corriente neoliberal, la cual condena toda intervención estatal y cuyo objetivo es reducir al mínimo el papel del Estado, sustituyéndolo por un modelo de desarrollo basado única y exclusivamente en el mercado, dejando a un lado las demandas de la sociedad.
El Estado y el mercado son instituciones imperfectas, pero con una gran relación que debe conducir a una combinación de sus áreas de acción, que aunque son muy diferentes en sus objetivos, tienen que producir espacios de colaboración que permitan combinar democracia y desarrollo.
La gran crisis económica y financiera que hoy castiga a los Estados Unidos y Europa y que se refleja en una gran parte de la humanidad, es una clara demostración de las fallas del mercado y también del Estado, tal como lo afirmo el Dr. Leonel Fernández en la reciente reunión de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), ´´La crisis financiera internacional demostró que el mercado no puede autorregularse y que se requiere la intervención del Estado para crear y hacer respetar las reglas del juego´´.
El presidente de Brasil Luiz Ignacio Lula da Silva lo ha dicho de esta manera, ´´el mercado no es Dios y el Estado no es el diablo´´, incluso la CEPAL ha pedido a los países de América Latina apostar mas al Estado y fijar reglas clara a los mercados para de esa manera tener bases firmes para el desarrollo social y terminar con las desigualdades.
El papel del Estado en consecuencia debe ser fortalecido sin cerrar el camino de las libertades económicas, pero con un control, seguimiento y supervisión de las actividades económicas que eviten crisis futuras, que aumenten la distancia entre ricos y pobres y los procesos de descomposición social.
América Latina donde un tercio de su población esta excluida del desarrollo y relegada a situaciones de pobreza y donde día a día aumenta el numero de pobres y se dificultan los mecanismos de movilidad y ascenso social, necesita que el Estado sea un promotor de la participación y el desarrollo de los sectores excluidos, constituyéndose en un motor que impulse la lucha contra la pobreza y por la equidad.
En la sociedad moderna de hoy se impone tal como lo han planteado muchos analistas, armonizar democracia Politíca con crecimiento económico y equidad social, es este un gran reto de las sociedades de América Latina, que tienen que determinar en que medida la liberalización del mercado es posible y hasta que grado es necesaria la intervención estatal.
La realidad es que ante la actual situación económica y social del mundo de hoy se hace necesario que el Estado sea fortalecido, mediante una serie de reformas que corrijan sus debilidades de modo que este pueda jugar su papel, de establecer reglas del juego claras que permitan, una inserción sana en la economía mundial y una efectiva supervisión de la actividad económica, que evite futuras crisis , como consecuencia, de la voracidad del mercado , del neoliberalismo y de las fallas de los mecanismos de controles propios .
La crisis financiera internacional ha demostrado que todo no se puede dejar al mercado, que es necesario que el Estado intervenga en la organización de la sociedad, como garantía de una distribución de la riqueza más equitativa, en base a políticas publicas que propicien la integración social y el desarrollo de los pueblos.